Nuestro aporte a los 100 años del Banco Central de Chile

En Nice Ads, creemos que las buenas ideas no tienen tamaño: pueden ser pequeñas en ejecución, pero enormes en impacto. Y así fue como, desde nuestro rol como agencia creativa y digital, tuvimos el honor de formar parte de un momento histórico: el centenario del Banco Central de Chile.

🕒 Una cuenta regresiva con sentido

Cuando se cumplen 100 años, no basta con celebrar. Se trata de marcar un hito emocional, uno que involucre a quienes han sido parte de la historia de la institución: sus colaboradores.

Por eso, nuestro desafío fue desarrollar una plataforma digital personalizada con un temporizador interno, diseñada para hacer una cuenta regresiva hacia el gran día: el 100º aniversario del Banco Central.

Este temporizador no fue una simple herramienta visual. Fue una pieza estratégica que se integró en dos frentes clave:

• Las pantallas internas del Banco, visibles por funcionarios y visitantes.

• La intranet de los trabajadores, como un recordatorio permanente del evento que se aproximaba.
  

Cada segundo que pasaba acercaba al equipo a una celebración institucional cargada de simbolismo y orgullo.

🧠 Branding interno: fidelizar desde dentro

Más allá del desarrollo técnico, el objetivo era claro: fidelizar este evento desde adentro. Hacer que cada persona al interior del Banco sintiera que era parte activa del centenario. Que cada login, cada pantalla, cada día, contara hacia algo más grande.

Y eso es lo que más nos apasiona en Nice Ads: cuando la creatividad y la tecnología se alinean para generar experiencias memorables, incluso en lo cotidiano.

🚀 Un pequeño aporte con gran valor

Podríamos decir que fue solo un temporizador. Pero sabemos que fue mucho más: fue una herramienta de conexión emocional, una forma de crear pertenencia, de sumar simbología y expectativa a un evento que no se repite.

Desde Nice Ads, estamos profundamente agradecidos por la oportunidad de ser parte —aunque sea con un pequeño engranaje— de esta gran máquina que celebró sus 100 años.

Porque sí: las grandes historias también se cuentan en segundos.